jueves, 28 de febrero de 2013

ELLA Y LA FIEBRE



No era ella. Era ella, y mi fiebre. Pero con fiebre estaba más guapa.


Veo en tus ojos, incrustado, un pasado adolescente, delirante y divino, y quiero caer en esas calles donde andabas sola antes

de conocerme.


Salí tropezando al escenario de tus sueños y me agarré fuerte a la Luna de cartón piedra.



Érase una vez esta noche, y un blanco platillo volante suspendido entre las estrellas. Motores en marcha y mucho hiperespacio en tu mirada.


Que prendan las antorchas las galaxias para iluminar este
vals arcano donde flotamos. No nombres nada, hasta aquí no llegaron la palabras.


En el hiperespacio las estrellas murmurarán celosas de ti,
y para que no reveles el secreto que te encumbra, sellaré tu boca con mis labios.


Te hice sonreír con algo que dije y te iluminaste como un astro salvaje. Desde aquel día tu sonrisa me atormenta.


Ahora que tu corazón se me escapa corriendo, vuelvo a escribir mejor, para atraparte a la carrera, para hacerte una zancadilla con la poesía.


El amor, ese asesino en serie, iba dejando elocuentes pistas de anteriores víctimas; y yo, dándole la dirección y las llaves de mi casa.



Me dejó una soledad al irse donde sólo ella vivía, añoraba mi soledad de solo; esta era su soledad, y era atroz.



La cara no es el espejo de mi alma; era su cara mi espejo.



Echar toda la carne en el asador, tirarse uno mismo a la parrilla, y ya mientras te churruscas, escuchar que ella te pide más hecho, polvo.



Vete cuando quieras Maga, sólo explícame el truco de la rayuela y desaparece; yo también quiero ser mago.



Tengo paraíso para darte y tomarte.



Deja que tu pelo caiga sobre mi paraíso, haz tuyo el Edén.



Aparto tus mechones y se ilumina el escenario de tu rostro; el guión está escrito sobre tus labios.


He amurallado mi memoria para que no entre tu olvido.


Mira, hubiera bastado que me dijeras "soy gata que ronronea, y se va", y mirando hacia atrás desde el tejado, añadieras "era amor, pasajero".


Tu silencio atronador, omnipresente, creciendo, prehistórico, apabulla, me atropella como una manada de quizás no dichos de tu boca, nada.


Desnuda te ocultas mejor.


Cupido me tiene a pan y agua rras.


Voy a meter la sonrisa que me ofreciste en el parque dentro del Sputnik, en dirección agujero negro con universos paralelos donde existas.


Me abres una puerta, tus besos queman pero entro. Espectral, desapareces, y hay más puertas dentro, y una hoguera hablándome permanece.



Poblé tu ausencia con una araña que tejía poesía para devorar almas. Insuficiente su astucia. Pronto reencontraré tus besos sin veneno.



Tengo insomnio de soñarte profundamente.



Renuncio a ser tú.


Subo al Ring para combatir. No te veo,eres sombra golpeando
recuerdos, exhausto, busco el cuerpo a cuerpo y para no caer abrazo tu espectro.


Me tiré en plancha a la parrilla, y avivando ella misma las
brasas, dijo: "Lo quiero más hecho. El corazón churruscadito, que es para mi gata".


El eco, he perdido el eco y no te escucho, y no puedo escribir. Estás tan lejos y distante, que me duele la garganta y las palabras mueren.



Cuanto más callas, más te reclamo; hasta que se hace el silencio y pregunto donde están mis manos, y ya callo, en las manos.



Con ceniza en mis manos, qué puedo hacer. De palabras quemadas, de las risas perdidas para siempre. Correr, eso haré, buscarlas, corriendo.



Mucho mar para amar.



Dentro de mi corazón hay otro, y otro, y otro; pero a la inversa que en las muñecas Matriuskas.



Te lo iré diciendo bajito, a millas de distancia, hasta que un día surja el milímetro de tu aliento y tu boca me cubra como espuma de mar.



Cuando te falte impulso, lo notaré, y pedalearé más fuerte en tu 
corazón inmortal.


No nombrarte para que tu nombre no esfume el hechizo, pero todo lo causas tú; ave nocturna especular frente al espejo.



Me quité la máscara en Venecia, contigo.



Me llevo todo lo mío y me iré muy lejos, donde pueda estar el olvido, al país de Cernuda.



Se acerca la medianoche y volveré a buscarte entre las lunas de otras noches en otros planetas. Perdí la foto donde me sonreías desde aquel vestido de rosas.



Si el corazón es igual en todas las épocas, si su idioma es el mismo y no caduca, si fuera cierto, volveré a buscarte al balcón de Verona.



Te he llenado el cuerpo de posits donde pone “no amar”, pero cada vez que te veo se te despegan y escapan aleteando hacia el Sol.


Tu piel que te culmina, como una expedición al Foreverest.



Se habla, en general, del amor, cuando los dos sabemos que

a esa palabra le falta, o le sobramos, los dos.


¿Te has fijado cómo bailo sobre el alambre? Imagina lo que

podríamos hacer, a dúo, funambulistas sobre este abismo. 
-¿Caernos? - Tirarnos - ¡Dale!


No hay ojos comparables a los tuyos. Mirar desde ellos, y no verlos, esa es tu condena.



El pasodoble de las tijeras; nuestro baile. Dos filos inseparables para desgarrar esta noche.


Se me sale el corazón detrás de tu boca.



El Sol se pone gafas de Luna rota al no verte pasar.



De las cenizas de la duda resurge el soplo del corazón, del cigarro que se fuma la Luna, noche sí y día no.


Si no escribo, me borro. Si no te pinto, me desdibujo.


La belleza se dilata en tus pupilas.


Sal a la calle para desnombrarlo todo. Fulmina, haz que lo estrene, llénalo de tus ojos.


Noches nuevas, a estrenar. Pan del Cielo. Reyes egipcios, Pericles, Kepler, Nietzsche, Harpo, tus besos en la postdata, montar en bicicleta.


Vente sin lo puesto.


¿Dudas de que te sostengo? No hay día que no rebusque en la alquimia para alzarte como en Rodas al Coloso; no decaerás nunca, maravilla, tú.


Recoger el cielo límpido, recién lavado, plegarlo y llevárselo en el equipaje; para salvaguardarlo, para salvaguardarnos.


Láminas de hojaldre crujen el dibujo de los cielos; desde el descapotable, el dulzor de la tarde, el ensueño nacarado de los pinos.


Buscando el corazón de oro descubrió una mina en el suyo.


Aparto tus mechones y se ilumina el escenario de tu rostro, el guión escrito sobre tus labios.


Pasó la comitiva,saludaron los astronautas,llovían pétalos de los balcones; menos los tuyos,flor pálida pisoteada,arriba,en tu blanca noche.


Se me sale el corazón detrás de tu boca.


Las estrellas se fueron lejos para no escucharnos. Por eso brillan, por eso ríen por eso seremos estrellas.


Tuvimos una relación muy efímera  Ella estrella fugaz, yo
asteroide a punto de coilusionar en su cuello.


Volar en la primera cita hacia una nube, para darse allá picos.


Dame aquí, pero fuerte. Ella le sacudió un gancho en el mentón, y Romeo salió disparado del balcón de Verona, tan feliz con el corazón volando.



Dos gotas de lluvia se besan antes de caer



Interrogaré a los interrogantes hasta que hablen de ti.



Donde llega mi lengua estás; lo que no alcanzo a decir con

ella, eso, eres tú.


El corazón ha sido absuelto; es inocente.

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